

White Christmas
Season 2 Episode 8 | 1h 9m 12sVideo has Closed Captions
When snow arrives in time for Christmas, Ana organizes a celebration.
When snow arrives in time for Christmas, Ana organizes a celebration. Rita is left heartbroken after Pedro's announcement.

White Christmas
Season 2 Episode 8 | 1h 9m 12sVideo has Closed Captions
When snow arrives in time for Christmas, Ana organizes a celebration. Rita is left heartbroken after Pedro's announcement.
How to Watch Velvet
Velvet is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship-Que le he dicho a todo el mundo que me voy a casar con Rosa María y ella no lo sabe.
-Cómo se encuentre con Rita por los pasillos y sí se lo diga... -Manolito.
Ay, ¨cómo estás?
-Hemos venido a pasar la Navidad con papá.
-Enhorabuena.
-Enhorabuena.
¨Por qué?
-Rosa Mari, hija, la boda.
-Los mayores sois un lío.
Tú querías a la tía Rita y ella a ti.
-Creo que deberíamos hablar sobre lo que pasó ayer.
-¨Se refiere a su historia con Maximiliano?
-¨Quién ha sido?
-He sido yo, doña Blanca.
-Doña Blanca no va a cobrar usted hasta el año que viene.
Y por supuesto olvídese de la paga extra de Navidad.
-No si al final va a resultar que, además de un golfo eres buena persona.
-¨Tú quién te has creído que eres?
-Tanto interés tienes en figurar.
-Vais a aprender a comportaros como una familia a la fuerza.
Estas Navidades las pasaremos todos juntos en la casa de Baqueira como la familia bien avenida que deberíamos ser.
-Por mucho que se empeñe hay cosas que no pueden forzarse.
-¨Cómo ha ido?
-Tu padre quiere que pasemos las Navidades con él, con Enrique y Bárbara.
Familia feliz.
Sigo enamorado de ti, Ana.
Nunca he dejado de estarlo.
Vámonos de aquí, por favor.
-Alberto, ¨estás incómodo conmigo?
No conozco el compromiso.
Ni me interesa.
-Doña Elena no puede estar al frente del taller.
Deberíamos decirle lo que ocurre.
-No y no insista.
-¨Pero?
Pero ¨por qué?
-Doña Elena es la madre de don Alberto.
-¨Qué hacéis aquí tan tarde?
-I bamos a darnos un paseo.
-Jonás, creo que voy a necesitar de su ayuda.
Se trata de las chicas.
Se trae algo entre manos.
Necesito que lo averigu e para mí.
-Pero ¨qué está pasando aquí?
-Luisa.
-El tío Jonás ha venido aquí a coser.
-¨Tú desde cuándo sabes coser?
-¨No se lo vas a decir a don Emilio verdad?
-Se me ocurre una cosa mejor.
¨Tú conoces a Phillipe Ray?
[♪ Alba Llibre & Lucio Godoy: "Falling In love"] -¨Quien se encarga de poner la estrella?
[♪ Chloe Behrens: "O Christmas Tree"] Vente, primo.
-Antes de irse de vacaciones don Alberto dejó coordenadas muy precisas de cómo quería los escaparates.
Así que quiero verles a usted y a Pedro allí en menos de media hora.
Muy bien señor De la Riva.
-Un momento, un momento, un momento.
Sherlock Holmes de mercadillo.
¨Tú y yo no teníamos un trato?
-Sí, bueno, pero con la Navidad y todo eso.
-No, no, no, no quiero excusas, Jonás, quiero explicaciones.
¨Cómo es posible que a día de hoy todavía no haya descubierto nada de lo que traman esas chicas?
-Con todo el respeto, señor De la Riva, solo son chicas, jóvenes, inocentes.
Que el único crimen, que son inocentes.
-Ah, preciosa defensa.
-No, que de verdad que no esconden nada.
-Mira, Jonás.
Todo éxito se basa en la mezcla perfecta de tres cosas.
Tesón, talento e intuición.
Y yo tengo mucho de las tres, sobre todo de la tercera.
Y si esas lagartas con carita de ángel no están tramando algo, yo no me llamo Raúl y en realidad me dedico a plantar lechugas.
-¨Usted también?
Le veo en el escaparate.
-Sí, hija, mañana mismo.
Ya tengo el billete.
Yo también tengo ganas de conocerle, sí.
Mira, tengo que dejarte.
Hasta mañana, entonces.
Un beso.
-¨Teniendo planes para las fiestas, doña Blanca?
-Mi hija Carmen va a comprometerse.
Vicente se llama.
Va a pasar la Nochebuena con nosotros.
-Me alegro.
Por ella.
Por él, no tanto.
No quisiera estar en su pellejo, no.siendo usted la que tiene que darle el visto bue -No será para tanto.
Ella está feliz.
Y los dos sabemos que por un hijo uno escapa de todo.
-A propósito, doña Blanca, quiero darle las gracias por su discreción respecto a Isabel.
-Ella fue la única persona que no me juzgó por mis decisiones.
No voy a hacerlo yo con las suyas.
-Ya, Blanca, ya todos, todos hemos pasado página de aquello.
Pásela usted también y disfrute de las fiestas, ¨hmm?
-Le haré caso.
-Tío, ¨quiere que le ayude con eso?
-No, son adornos que han sobrado.
-Ah, ¨y han sobrado?
¨Me puedo llevar alguno a mi habitación?
Que seguro que a Rita le encantan.
-Mira, a ver.
-¨Y para su habitación no quiere ninguno?
-Tengo bastantes cachivaches allá arriba.
-Mira que pasan los años y no consigo que le gusten estas fiestas, ¨eh?
-Y no soy amigo de celebraciones.
-Bueno, celebraciones, celebraciones Que siempre las hemos pasado tú y yo solos aquí.
-Para mí era más que suficiente.
-Para mí también.
-Y además, no sé, eso de improvisar... Me gustan mis rutinas.
-¨Se acuerda la primera Navidad que pasamos aquí usted y yo?
Que yo me moría por aquella muñeca y usted me regaló aquel diccionario enorme.
-¨Y tú te acuerdas el cero como una casa que trajiste en lengua?
Un cero enorme.
-Un cero yo nunca.
-Sí, nunca.
De todas maneras, un diccionario en una casa siempre viene bien.
-¨Ya estamos de fiesta?
-Estamos recordando viejos tiempos.
-¨Y usted, doña Elena, se va a ir a algún sitio?
-No, me temo que Cuba me queda un poco lejos.
-Pues tiene aquí con nosotros, un año que nos saltemos la rutina.
-Habrá que encontrar una mesa más grande, habrá que comprar más polvorones.
Y si lo hacemos entre los dos, ¨eh?
-Claro, que se note que es Navidad.
-!
Hola!
-¨Cómo lo ves?
Es más o menos lo que tenías en la cabeza.
-Uy, está perfecto.
¨Y todo esto?
-Oye, hija, es Navidad.
Puse un poquito de espíritu navideño para la zona de trabajo.
¨Vosotras cómo vais?
-Uf, pues estamos hasta arriba y con las vacaciones de Navidad ya no sé cómo vamos a hacer.
-Menos mal que se ha subido Jonás al carro.
¨Verdad, Luisa?
Sin él estaríamos perdidas.
-Mira, lo de Jonás.
A ver, el chico no lo hace mal, pero tampoco es para tanto.
-¨Pero tú lo has visto dar puntadas?
Que ni se le ve la mano de lo rápido que va. -¨Y vosotras creéis que llegaremos a tiempo con los pedidos antes de que os vayáis al pueblo?
-¨Podemos no llegar?
-No.
-Pues entonces llegamos.
-Muy bien.
-Bueno, ¨y tú qué?
¨Te quedas otra vez aquí sola con tu tío?
-No, este año se queda también doña Elena.
-!
Uy, fiestón!
Te tenías que venir un año al pueblo.
-En cuanto el tío Antolín coge la botella de anís, aquello no hay quien lo pare.
-No, también me viene bien quedarme un poquito aquí sola y pensar.
-¨Has hablado con Carlos?
-¨De lo de Alberto?
-¨Pero cómo le voy a decir eso si ni siquiera sabe que hemos sido novios?
-Bueno, pues mira, a lo mejor se lo puedes contar.
Lo mismo es comprensivo y lo entiende, ¨no?
-Y si no, pues oye, parece que Alberto está con ganas, ¨no?
-!
Pero, Rita!
-Es que es una broma, hija, para destensar, yo qué sé.
Ay, qué sería de mí sin vosotras dos?
-Pues casi, casi lo mismo, pero riéndote menos.
-!
Ay, no os vayáis!
-!
No os voy a echar de menos!
-!
Ay, Rita!
-¨Qué cachondeo es este?
O sea, me voy diez minutos y aquí no trabaja nadie.
Muy bonito.
-Pero ¨y tú?
¨Qué son esos humos?
Que estás hablando con tus superiores.
!
Estás en periodo de pruebas!
Este es un superachepa, ¨eh?
-Bueno, vamos a ver.
-Vienes ahora con el resto, ¨no?
-¨Hombre, si me lo pides así, como para negarme?
-Tira, anda, tira.
-No tardo.
-Dale, dale.
-Las bolas rojas.
No, no, la cuerda no, las bolas.
Las bolas todas rojas.
!
Pedro!
Pedro, a ver, Jonás, amarillas no, las bolas todas rojas.
Rojas.
-No, de verdad, es que, ¨dónde estabas?
-Estaba haciendo el recado, primo.
-¨El recado para qué?
-Bueno, como haces tú.
-No me lo puedo creer, les voy a dar con el espumillón.
Don Alberto ha dado directrices muy específicas de cómo quieren los escaparates y no podemos improvisar.
!
Y las bolas!
Las bolas tienen que ser todas rojas.
Rojas.
-Estamos decorando así el árbol.
Hay verde, hay amarilla, hay blanco, porque de toda la vida en nuestro pueblo se decora así y queda muy bonito.
-Es una pena que esto no sea la choza de un labriego con todos mis respetos.
!
Pedro, por favor!
Vamos a ver.
Primera lección de armonía cromática.
¨De qué color es el vestido?
-Eh... -¨Cómo he dicho?
-El del maniquí, el vestido, ¨de qué color es?
-!
Rojo!
-¨Y el fular?
-¨El qué?
-!
El pañuelo!
-Rojo.
-Rojo.
Y el bolso es rojo, y los regalos son rojos.
Entonces, ¨de qué color tienen que ser las bolas?
-!
Rojas!
-!
Rojas!
-!
Todas las bolas rojas!
[♪ música navideña] -Oye, primo, a mí todas igual me parecen, tío.
-¨Cómo?
-O sea, yo voy a poner algunas amarillas y rojas y así, un color padre.
-¨Pero tú qué quieres, que lo busque de la ruina?
!
Dame las bolas!
Vete a atender a los clientes que yo me cargo de todo esto.
¨Y ahora cómo salgo yo de aquí?
-Entonces lo hemos comprado todo, los guantes para mi hermano, la gorrilla para mi tío, las violetas para mi abuela Joaquina, que es muy golosa.
¨Y los billetes de autobús?
-También.
-Oye, yo no quiero esa cara cuando me pidas matrimonio, que va a estar mi familia adelante.
Ya puedes empezar a sonreír.
-¨Pero por qué?
¨Qué cara?
-Pues que cada vez que te veo estás como alma en pena.
De eso hablo.
¨Qué te pasa, Pedrito?
¨No te hace ilusión que por fin vayamos a ser los tres una familia?
-Me hace mucha ilusión, pero es que... Hay que montar todo, todo ese jaleo.
-¨Cómo que jaleo?
-Bueno, quiero decir jaleo.
Me refiero porque vamos a estar... edir matrimonio delante de toda tu familia.
La noche, la noche es Nochebuena.
Entonces, claro, cuando vayamos al pueblo, pues todo el mundo me va a señalar y me va a decir: "Mira, mira, mira, mira, los que se casan, los que se casan".
-Pues que nos señalen.
Una pedida es una vez de la vida.
Es para siempre.
-Ya lo sé, ya lo sé.
iosoo que pasa es que no sé, que estoy muy nerv y me pone de nervios.
Discúlpame, Rosa María.
-¨Puedo dormir esta noche con mi padre?
¨Puedo?
-No sé.
¨Podemos?
-Tú no.
Tú no, tú sí.
Tú sí, tú no.
¨Me explico?
¨Cómo vería la gente del pueblo que antes de la boda tú y yo pasásemos una noche juntos?
-Pero si tenemos un hijo.
-Ya lo sé que tenemos un hijo, pero es que es nuestra boda, ¨no?
Y yo creo que se tiene que hacer bien, lo tenemos que hacer bien, porque yo creo que la ocasión se lo merece.
¨O no, Rosa María?
-!
Tía Rita!
-!
Manolito!
!
Pero bueno!
¨Qué pasa, guapetón?
¨Cómo estás?
estás?
Rosa María y Pedro, no los había visto.
-Pues de milagro, chica, porque estamos con un lío.
Que si los billetes de autobús, que si la cena, que si los regalos, que si la pedida de mano.
-La pedida de mano.
-Sí.
-Pedro me va a pedir la mano en Nochebuena, cenando con la familia.
Para decirlo ya, oficial.
Oficial.
-Sí, sí, sí.
Oficial.
-Vaya, pues qué bien.
Cuánto me alegro.
Va a ser todo precioso.
-Bueno, no sabes la ilusión que les hace.
Tenía una gana de que Manolito ya por fin tuviera un padre.
-Rita, ¨tú no te tienes que ir a trabajar?
-Sí.
-Oye, hijo, no le metas prisa por ser chica.
Tú y tu hermana vais mañana pa'l pueblo, ¨verdad?
-Sí, al terminar la jornada.
-!
Qué bien!
Nosotros también.
¨Por qué no cogéis el autobús de las cuatro y vamos todos juntos?
Y os cuento lo que piensa para el vestido.
-Bueno, a ver qué dice Clara, porque no sé.
-¨Qué va a decir mujer?
Porque sí.
Que van a ser unas Navidades tan especiales.
-Sí.
Unos ratos especiales sí que van a ser, sí.
♪ Pero mira cómo beben los peces en el río ♪ ♪ Pero mira cómo beben ♪ -Rita, que la cantante es Luisa.
-Ya lo sé, hija, pero al mal tiempo buena cara.
Estoy haciendo un esfuerzo para dar alegría a esto.
-Bueno.
-¨Tienes hecha la maleta?
o de hablar con madre y me ha dicho que conocí a usted, seguro que no habías empezado.
-Bueno, ¨qué quieres que haga?
Estoy muy ocupada, no he tenido tiempo.
-Sí, claro.
Llorando con un alma en pena por cada esquina o con padecimiento en frente al espejo.
¨Eh?
O pasando horas en la cama abrazada a la almohada.
ico que has hecho desde que don Mateo y la Débora se besaron.
-Bueno, Rita, ¨y qué quieres que haga?
Es lo que me sale.
Tú tampoco eres la alegría de la huerta desde que vino Rosa Mari.
-Ya lo sé.
Cada vez que la veo con Pedro se me revuelven las tripas.
-Que sí, no te preocupes, lo tengo todo controlado.
¨Cuándo te he fallado, Alberto?
Bueno, pero esa no cuenta.
No, no, no.
Esa tampoco.
Era una pregunta retórica.
Sí, no.
¨Qué está por Baqueira?
¨Cómo van esos esquís?
¨Y Enrique?
No, no, no.
No es recochileo, de verdad.
Por cierto, ha llamado Sara Ortega preguntando por ti.
No, no dejó ningún mensaje, ni dijo que quería.
Lo sé tú, ¨sabrás?
Sí, sí, sí, sí.
No te preocupes.
No, no te preocupes.
Te saludo a todos de mi parte.
Bien.
!
Ah!
!
Feliz Navidad!
-¨Era Alberto?
¨Cómo está?
-¨Qué haces aquí?
Decidimos que yo iba a hacerme cargo de todos estos días.
-Eso lo decidió Alberto, no yo.
-Ya.
¨No será que, como tu madre se ha ido a Santander con sus amigas a pasar las Navidades, tu hermano Alberto está con su familia, no sabes cómo pasar las vacaciones?
-Mañana voy a casa de Susú Miravelles, si te apetece venir.
-Tengo otros planes.
-¨Con tu novia?
-No, con mi familia, al completo.
Mis madres, Lucas... -¨El hijo pródigo vuelve a casa?
¨Preocupado porque te quité el cariño de mamá?
-¨No venías a trabajar?
-¨Qué hacemos?
-Las pagas extras, por ejemplo.
s ¨Por qué no va rellenando el papeleo mientra voy a buscar las fichas de los empleados?
Patricia.
Segundo cajón de la derecha.
-¨Me lo abres tú?
-No me tientes.
[♪ Ellis Hall: "Joy To The World"] -Ya hemos recibido el dinero de las pagas extras.
Mañana será repartido como es habitual.
Y la señorita Patricia se ha empeñado en ser útil y quiere hacerlo ella.
Sinceramente, no me fío.
Me quedaría mucho más tranquilo si ustedes le echasen un vistazo.
No quiero que nadie se quede sin cobrar.
-Doña Blanca, disculpe.
-No, no se preocupe, don Mateo.
-Muchas gracias.
-Supongo que lo más fácil será comprobar quién no está en la lista.
-Efectivamente, ni Pepita ni yo estamos.
-Doña Blanca, no será necesario que le diga que si necesita... -No se preocupe, don Emilio.
No esperaba un milagro de Navidad.
-Es que no se trata solo de las Navidades.
El compromiso de su hija... -No es necesario, de verdad.
Ya contaba con ello.
Pero muchas gracias por el ofrecimiento.
-Toma tema, hay unas señoras esperándole.
-¨Unas señoras?
¨Cuántas?
-!
Pedrito, cariño!
-!
Hola, cariño!
-¨Qué hacen aquí?
-!
Mi vida!
Hemos venido a probarnos los vestidos de gala que dejamos arreglando el otro día.
-Y a saludar a nuestro sobrino favorito.
-Pero es que tengo muchísimo trabajo, estoy liadísimo, no voy a poder acceder... -Bueno, bueno, bueno, las tres gracias en las galerías, ¨y a mí nadie le ha pensado avisar?
Bueno, supongo que ibas a presentarnos, ¨no?
-Por supuesto, mi madre... -No hace falta, ya sé cómo se llama, Julia.
-Encantada de conocerle.
-¨Sagrario?
-Encantada.
-Y Herminia.
-Un placer.
-Bueno, ¨y no sé cómo se llama esta preciosidad?
-Lady Bigotes, nuestra gatita.
El nombre se lo puso Mateíto.
-Ay, Lady Bigotes, Mateíto.
Picaron.
-Esa información no es necesaria, tía.
No es verdad, es muy necesaria.
Sí, a mí me interesa muchísimo Mateíto.
-Madres, ¨no venían a probarse unos vestidos?
-Sí, sí, sí.
¨De verdad?
Bueno, pues entonces yo mismo les voy a tender.
Porque así me pueden seguir contando cosas de Mateíto.
-Saúl, por favor, tienes muchísimo trabajo, tienes muchísimo trabajo.
Yo me encargo.
Síganme, por favor.
Por aquí.
-Bueno, otra vez será.
-Adiós, Raúl.
-!
Felices Pascuas!
!
Mateíto!
-Bogavante de primero.
-De segundo chuletón.
-Y soufflé para terminar.
Como ven, no nos vamos a quedar con hambre, Mateíto.
-No es un poco excesivo, tía, teniendo en cuenta que lo pago yo todo.
-Ya sabes que no le quiero coger una sola peseta al desgraciado de tu padre.
Y además, Mateo, no quiero que seas tan tacaño.
Seguro que Lucas no pondría ningún inconveniente.
-Ay, tengo tantas ganas de verle estar de nuevo todos juntos en familia.
¨Tú no?
-Muero de ganas, tía, pero... Bueno, todos, todos, no vamos a estar.
-No, no, no, desde luego.
Tu padre, cuanto más lejos, mejor.
-¨Sabes dónde pasa las Navidades este año?
A Monte Carlo, con su nueva adquisición.
-La verdad es que lo único que me consuela es la llegada de tu hermano Lucas.
-Por cierto, antes de irnos, pasemos por joyería.
Quiero comprarle unos gemelos a tu hermano.
-Tía, por favor, Lucas no se ha puesto un traje en su vida.
Dudo mucho que lo necesite en la India o donde quiera que se meta con su cámara.
-Bueno, pues para cuando se lo ponga.
Al menos él le da buen uso a lo que le regalamos.
-Ya.
¨Y cuándo llega el hijo predilecto?
-Mañana por la noche.
Y no se te ocurra llegar tarde.
-Va a ser una Nochebuena, como las de antes.
-!
Ay, sí!
-Don Mateo, su pedido.
-Gracias, Pedro.
-!
Ay, qué detalle tan precioso!
-!
No, madre!
-!
Qué maravilloso!
-No, tía.
-¨No podías haber tenido el detalle también con nosotras?
-La verdad que no se me había ocurrido, tía.
-Pues mira, ¨sabes a quién sí se le hubiera ocurrido?
-A Lucas, sí.
Coja un bombón, tía, no se preocupe.
-Ya, ya.
-¨Clara?
-Ponlas por ahí.
-¨Cuándo salís mañana para el pueblo?
-Al terminar la jornada.
-Vamos a estar una semana sin vernos y me va a hacer eterno.
Clara, por favor, ya te he pedido perdón como unas diez veces.
-¨Y?
¨Qué te crees, que con tanto ramito solucionas algo?
-Ya sé que no, pero me estoy volviendo loco.
Quiero que las cosas vuelvan a la normalidad entre nosotros.
-Mateo, pero es que para ti la normalidad es que yo te ría durante todo el día a las gracias, salgamos a cenar, nos emborrachemos y luego que pase lo que pase.
Bueno, lo dices como si fuera mal plan, lo pasamos bien, ¨no?
-Quiero más.
Y contigo siempre es lo mismo.
¨Tú sabes el daño que me hiciste el otro día?
No puedo quitar de la cabeza.
Lo siento, Mateo, pero yo ya no soy la misma.
Creo que estos días que voy a estar fuera nos va a venir bien.
Ahora pensar qué es lo que queremos y tomar una decisión.
-¨Qué decisión?
-Si queremos estar juntos.
[♪ música suave] -Vosotras tenéis una maleta de sobras que no me cabe todo lo que me quiero llevar en la mía.
-Otra como Clara.
Cada vez que van al pueblo un modelito por la mañana y otro por la tarde.
-No, no es eso.
Es que estoy recogiendo las cosas de Juan, que se las voy a llevar a sus padres.
-Perdóname, Luisa.
-Ya, son las primeras Navidades sin él, van a ser duras.
-Bueno, ya sabes que si necesitas algo, aquí estamos Rita y yo.
-Ya lo sé.
Esto solo lo cura el tiempo.
-Bueno, ¨sabes lo que voy a echar de menos?
-¨El qué?
-El pavo.
-¨El pavo?
-Sí.
En casa comíamos cochinillo, pero a él siempre le gustaba el pavo.
-Bueno, pues si es por pavo, se compra uno.
-Toma.
-Gracias.
¨Crees que estará bien?
-¨Luisa?
-Sí.
o va a ser la mejor Nochebuena de su vida, no.
Pero ella lo ha dicho.
"Esto solo lo cura el tiempo".
¨En las cosas que nunca dijiste y que nunca hiciste?
Esas de las que te puedes arrepentir el resto de tu vida.
-Tendrá que aprender a vivir con ellas.
No hay otra solución para eso.
-A hacerlas.
-¨A dónde vas?
-A hacer una llamada, ahora vuelvo.
[♪ música navideña suave] -¨Puedo sentarme o está usted esperando a alguien?
-A ti.
-¨Pues tú dirás?
¨Y esto?
-Quédate conmigo.
-¨Qué?
-A pasar la Nochebuena.
e tienes un vuelo, pero pensé que quizá podías cambiarlo y pasar unos días aquí.
-No entiendo nada.
Primero quieres ir despacio... -Carlos, necesito pasar unos días contigo, solo, sin que nadie nos moleste.
Solo tú y yo.
Bueno, menos en la cena de Nochebuena, que también va a estar mi tío y doña Elena.
-¨Estás segura?
-¨Eso es un sí?
-No me va a tocar cocinar a mí, ¨verdad?
-No.
-¨Seguro?
-Sí.
-Claro que es un sí.
No tengo vuelo mañana.
-¨Cómo?
No, no, lo dije para no presionarte.
Ha salido bien el plan, ¨eh?
-Sí.
-Hasta mañana.
-Hasta las nueve.
-¨Puedes saber dónde está el resto de las mantas?
-Pero que tengo mi manta.
-Ponte esta también, no vayas a coger frío.
-Ay, doña Elena, por experiencia le digo que no discuta con mi tío, que es absurdo.
Además es verdad, hace mucho, mucho frío.
-Ya está, ¨satisfecho?
-Estoy conforme, estoy conforme.
Vamos, vamos.
-Tío.
-¨Qué pasa?
-Quería decirle que... Bueno, ya sé que no le gustan mucho estas fiestas, ni nada de esto, pero seremos uno más a cenar.
-¨Cómo qué?
¨Cómo, cómo?
-¨Quién viene?
-Carlos, mi novio.
He pensado que estaba bien que le conociera un poco más y, bueno, no se preocupe que con cualquier cosa nos apañamos.
-Cualquier cosa no.
No podemos darle cualquier cosa, ¨no?
-Bueno, pues ya me encargo yo.
!
Respira, Emilio, que es solo una cena!
-Gracias.
-De nada, de nada.
-Pero ¨dónde estabas?
-!
Que nos van a ver!
!
Que nos van a ver!
!
Oh, por Dios!
!
Feliz Navida!
[risas] -Oh, por Dios.
Este año va a nevar seguro, ¨eh?
-!
Yo nunca he visto nevar!
-Ay.
Ay.
-¨Os acordáis?
No hace mucho que estábamos aquí viendo una lluvia de estrellas.
Y pedimos deseos.
Yo pedí ser feliz en el amor.
Creí que no se me había cumplido porque el día siguiente se casó Alberto.
Pero también ese mismo día conocí a Carlos.
Así que venga, copas arriba, a brindar y a pedir deseos, que a lo mejor se cumplen.
-Por los milagros.
-Por un milagro en Navidad.
-Que falta nos hace.
[♪ música navideña] -Chicas, yo no sé lo que habéis pedido vosotras, !
pero me está nevando!
-Mira.
Mira.
-!
Feliz Navidad!
-!
Feliz Navidad!
-!
Feliz Navidad!
[gritos de alegría] [♪ música navideña] [gritos en silencio] -O sea, al final se ha quedado dormido Manolito, sé que es más lindo.
-Mira, primo, mira como nieva.
-!
Hala!
-¨Y esto?
¨Eh?
Aquí alguien está celebrando la Navidad antes de tiempo.
-Primo, te quiero enseñar una cosa.
[silbido] Primo, al final no... -!
Eh!
-Primo, ¨me quieres hacer caso?
-Ostras, primo.
Pedazo de anillo.
Te habrás dejado el sueldo.
-No es de antes.
Era de Clara.
-Primo, no te puedes casar con Rosa Mari.
Tiene que haber alguna manera de parar esta locura.
-Sí.
Sí, solo hay una, pero no estoy muy interesado.
Bueno, va da igual, vamos para adentro, que hace muchísimo frío.
-Anda que avisáis que había una fiesta.
-Era una fiesta privada.
-Ah, ¨sí?
Nosotros también teníamos una.
-Pues anda, que venís bien animados.
-Rita, Rita, Rita.
-¨Sí?
-¨Puedo hablar contigo?
-Claro.
Ir vosotras que ya voy yo luego.
-Buenas noches.
-Voy a echarle un ojo a Manolito.
-¨Y?
-Pues que... Vaya... [risa nerviosa] -¨Quién anda ahí?
Todo el mundo a sus habitaciones.
-De todos los escondites posibles, este me parece el peor.
-Bueno, yo creo que con el frío que hace.
Nadie nos va a buscar aquí.
¨Te acuerdas en el pueblo cuando nevaba?
Cuando Clara y tú... Qué tiempos, ¨eh?
-Sí.
Otros tiempos.
-¨Lo echas de menos?
-¨El pueblo?
Bueno, no mucho, es un coso no tener que preocuparse por las garrapatas.
-Bueno, mujer, yo me refiero a cuando tú y yo éramos... Cuando éramos amigos, o cuando éramos más amigos.
-Mira que nos han pasado cosas, ¨eh?
-Y después de todo lo que ha pasado, ¨tú volverías atrás?
-Como cuando salías con Clara y me contabais vuestros problemas.
Bueno, un poquito más después, cuando ya no... Cuando ya no estaba con, con ella.
-Pero eso es imposible, Pedro, porque tú ahora estás con Rosa Mari.
-¨Y si no estuviera?
-¨Es el anilla de pedida?
Da igual, Pedro.
Quedaría igual si no estuvierais juntos porque tú y yo somos amigos y siempre vamos a serlo, pase lo que pase.
-¨Pase?
¨Lo que pase?
-Pase lo que pase.
-Siempre amigos.
-Siempre amigos.
[♪ John Hawkins: "We Wish You a Merry Christmas"] [cantan en inglés] -!
Padre, nieve!
[gritos indistintos] -Bueno, Manolito, aprovecha antes que se deshaga la nieve.
-!
Mira, Manolito!
Un par de botones para los ojos, ¨eh?
¨Cómo lo ves?
-Muy bien.
-¨Sí?
-Pero son muy pequeños.
-Eso no está perlo, Pedro, no protestes.
Mira, sí, fuerte.
-No, en el abrigo, no.
-!
Ay, qué guapo!
-Perdón, que ya sé que teníamos que haber... -!
Calla, Ana!
Te vas a ganar una bola.
Navidad en Blanca.
Esto hay que celebrarlo.
-Bueno, lo harán esta tarde.
Hoy es el Día de Nochebuena.
Los almacenes se van a llenar.
Hay que trabajar al 100 %.
No me hagan repetirlo dos veces.
!
Vamos!
-Pero, don Emilio, esta noche es Nochebuena.
-Y mañana Navidad, Manolito.
Ya lo sé, ya lo sé.
Venga, por favor.
!
Vamos, todos dentro!
!
Vamos!
!
Todos adentro!
!
Eso es!
-!
Emilio, cascarrabias!
oy el único jefe responsable de estas galerías, ¨o qué?
Tú no deberías estar aquí cogiendo frío.
-Pero si hace mil años que no veía la nieve, Emilio.
-No, y tampoco, y tampoco la sentías.
-!
No, no se te ocurra!
-!
Que no la sientes!
-!
No se te ocurra!
-No, no, no.
A mí no.
-!
Basta, Emilio!
-Feliz Navidad.
-Buena compra.
Feliz Navidad.
[♪ música navideña] -Tome.
Gracias.
Felices fiestas.
-Vamos a ir, porque cogeremos un palmo debajo de la falda, y le vamos a estrechar también la cintura, nada, dos centímetros y ya está.
-¨Lo podrían dejar para hoy?
O no voy a la fiesta de Susú y no tengo nada que ponerme.
-Patricia, por favor, que he visto tu armario.
-Bueno, no tengo nada que quiera ponerme.
¨Mejor así?
-Más real.
¨Estará para esta noche, señoritas?
-Es que estamos hasta arriba de pedidos.
-Nos vamos al pueblo con las familias, al mediodía.
-Bueno, pues cuanto antes acabéis con los pedidos, antes veréis a vuestra familia, ¨no?
-Por supuesto, señorita Márquez.
-Bueno, te dejo en buenas manos.
Esta que está aquí se va, porque no puedo más con tanto adorno navideño, que me va a salir una ortigaría, y además tengo un chofer esperándome en la puerta.
-¨Un chofer?
¨Pero dónde vas?
¨Y con quién?
-Cielo, hay cosas que es mejor no contar, porque si las supieras, hasta tú te escandalizarías.
Señoritas, me marcho, me marcho.
Me encantaría poder decirles que las voy a echar de menos, pero es mentir, porque realmente les voy a echar muchísimo, muchísimo, muchísimo de menos.
Así que, por favor, vengan aquí, abrácenme, bésenme, quiéranme, como yo las quiero.
Y despídanse de mí, como merezco su favor.
!
Estoy que la beso!
Bueno, me voy.
No pienso despedirme celebrando la Navidad, porque la odio.
Buenas noches, hasta luego, chao.
[♪ música navideña] -Felices fiestas.
-Gracias.
-Felices fiestas.
-Felices fiestas.
Y ahora en nombre de las galerías, felices fiestas, disfruten de estas merecidas vacaciones y nos vemos a la vuelta.
-Igualmente.
Gracias.
-Muchas gracias.
-Clara, espera, espera, espera, espera.
¨No te vas a despedir?
-Feliz Navidad, Mateo.
-!
Rita, vamos, que no llegamos!
-!
Hija, ya va, ya va!
!
Que por todo te angustias y vamos de sobra!
-!
Sí, ya me conozco yo tus de sobras!
Luego nos tocará la última fila del autobús y yo me mareo.
-!
Venga, ya estamos todas!
-Faltan Pedro y Jonás.
-Y Rosa María.
-Y esa también.
-Ay, yo tengo unas ganas de llegar.
-!
Todo el mundo es igual, eh!
-Os voy a echar mucho de menos.
-Anda, tonta.
Pero si estamos de vuelta para Nochevieja.
Qué lo bueno.
-!
Chicas!
!
Chicas!
!
Chicas!
Tienes que escuchar ahora la noticia.
-¨Qué pasa?
-!
Venid!
-O sea, realmente no sé... -¨Qué pasa?
-Silencio, por favor.
Silencio.
-Este impredecible temporal va a anotarse con fuerza en la meseta central.
Se prevén grandes nevadas en la capital.
-!
Pero qué dice!
!
Qué dice!
!
Que tenemos que irnos para el pueblo!
-Dice que no se oye, señorita Montesinos.
-Todas las líneas de trenes y autobuses han sido cortadas más allá de la capital.
-Pero bueno, si nosotros tenemos los billetes comprados.
-Pero no estos salen, nada.
-Se les aconseja también coger el coche.
El temporal no ha hecho más que empezar.
-Lo siento mucho.
-Mi hija me estaba esperando.
-Lo siento, Blanca.
-Adiós, pueblo.
Adiós, Nochebuena.
-Sé que no es lo mismo, pero mira el lado bueno.
Que vamos a pasar la Nochebuena todos juntos.
-Ana, estas son unas galerías, no una sala de fiestas.
-Bueno, doña Blanca, son unas galerías, pero también es nuestra casa.
Y hoy no es una noche cualquiera, es Nochebuena.
¨Qué vamos a hacer?
¨Quedarnos cada uno en nuestra habitación llorando las penas?
-Pues no.
-Para nada.
Cenamos todos juntos.
-Es que somos una legión.
Bueno, ya nos arreglaremos.
-Donde comen cuatro, comemos todos.
-Yo tengo embutido en mi habitación, ¨eh?
-Mira qué bien.
-¨Embutido?
-No se preocupe, doña Blanca.
-Mi madre trajo salchichas de Alemania.
-!
Ay, qué rica!
-Bueno, pues tienen diez minutos para avisar a sus familiares.
Díganles que no se preocupen.
Cenaremos todos juntos.
-Perfecto.
-Que pasen una gran noche.
-Don Emilio, mi primo y yo nos encargamos del plato principal no se preocupe.
-De acuerdo.
-Ah, ayayay.
-No sé si es buena idea.
-¨Por qué?
Mira, hacemos una sopa o algo... Que con algo se pongan ellos.
Algo que ponemos nosotros... -Lo siento mucho, Clara.
Me acabo de enterar.
-Estas van a ser las peores Navidades de mi vida.
No es que un Porrillo fueran a ser las mejores.
Es que pasar una noche como esta lejos de mi casa... -Ven a cenar a la mía.
-¨Qué?
-Quiero que cenes conmigo esta noche.
Bueno, con mis madres y con mi hermano, así le conoces.
-¨Tú te has vuelto loco?
-No, no.
Locura es no hacer caso a todas las señales que hay a nuestro alrededor.
-¨Qué señales, Mateo?
-¨Qué señales?
La nevada.
La nevada, Clara.
Hace más de un siglo que no nieva así en Madrid.
No lo digo yo, lo dice el noticiario de la radio.
Si esto no es una señal, que baje Dios y lo vea, por favor.
-¨Una señal de qué?
-¨De qué?
El destino quiere que pasemos juntos esta noche.
Y con el destino no se puede jugar.
-Mateo, después de lo que ha pasado... -No, no, no.
Sin rancores, sin pasados.
Seremos dos amigos que se gustan mucho y que, y que quieren un nuevo comienzo.
Ven a cenar a mi casa, por favor.
Seré el hombre perfecto.
Seré un buen anfitrión.
Haré todo lo posible para que te olvides de estar en tu casa.
Y cuando conozcas a mi hermano, te voy a gustar mucho más.
Porque reconozcámoslo, Clara.
Hombres como yo ya no quedan.
[♪ música pop] -¨Y tus madres qué van a decir?
Porque los dos sabemos que no sois santos de su devoción.
-Mis madres.
No te preocupes.
Estarán encantadas.
-Mateo, hijo, ¨cómo vas a traerte a nadie precisamente hoy?
Que vamos a cenar en familia con tu hermano.
-Me alegro mucho, madre, de verdad.
Pero Clara... -¨Clara?
-Se llama como la perturbada aquella que vino a casa.
-No, no se llama como ella.
Es ella y no es ninguna perturbada.
Tía, que la he oído.
-No me puedo creer que quieras traerte a esa.
Madre, Clara es una buena chica.
No tiene con quién cenar.
Muchísimas gracias.
Allí estaremos.
-Con la ilusión que me hacía a mí que le pidieras la mano a mi padre.
-Y a mí, y a mi mujer, pero es que no puede ser.
-Sí, es que soy una desgraciada, Pedro.
Todo me pasa a mí.
Que se supone que estos días deberían ser los más felices de nuestras vidas.
Que llevo soñando con este momento desde que entramos en aquel pájaro.
No, no digas eso.
!
Manolito, vete!
Vete a entregar esta carta a Clara, anda, por favor.
-Pero, papá, que yo me sé su historia.
-Tira, anda, tira, tira.
No digas esta cosa delante del niño, que lo traumatices, por favor.
-No se puede traumatizar con el amor.
-Bueno... -Bueno, además, cielo, queda igual.
Tú me pides la mano aquí esta noche, delante de todos.
-¨Aquí?
¨Y tu padre?
-Mi padre pues ya sí es otro día.
Que me hace mucha ilusión, Pedro.
!
Manolito!
[♪ música navideña] -Ana, la cena está lista.
-Es mi tía, tengo que volver.
-!
Espera!
-Te he comprado un regalo.
-¨De verdad?
¨Dónde está?
-Y espera a que tu tío se duerma.
[♪ música navideña] [glugluteo] [glugluteo] [glugluteo] -¨Tienes la música?
-La tengo.
-¨Vamos a comprar el queso?
-Sí.
-¨Quién era?
-Yo qué sé, pero como te vean con el pavo este aquí, te matan, así que vamos.
-Cógelo, tú, un rato.
Que pesa.
-Bien, bien, bien, bien.
[♪ música navideña] -¨Qué hacemos con este?
-Muy sencillo, primo, toma, mátalo.
-¨Yo?
-Claro.
-¨Por qué?
-Porque yo no puedo.
-¨Porque no puedes?
-Porque me macho el abrigo.
-¨Y por qué compras un pavo vivo?
-Por Luisa, primo.
Por Luisa.
-¨Por qué no mata Luisa el pavo?
-Porque es una sorpresa.
-¨Para qué?
¨Quién?
¨Para el pavo?
-Bueno, porque oí decirla que echaba de menos cena al pavo en Nochebuena y pensé que sería bonito el detalle, no sé.
Pues, claro, esto es lo único que me quedaba.
-Como detalle es muy bonito.
-Claro, es que soy todo corazón.
-Ya veo.
[glugluteo] ¨Qué hacemos con este?
-¨Vas a ir andando con este frío?
-Que yo sepa los taxis todavía funcionan.
-Venga, va, sube.
Que yo no te cobro la carrera.
Cuidado.
-Gracias.
Feliz Navidad.
-Igualmente, señorita Patricia.
-Chicas, felices fiestas.
-Igualmente, don Mateo.
--¨Tú cómo estás con lo de la pedida de Pedro?
-Ahora entiendo lo que sufriste con Alberto y Cristina.
Que no es que antes no lo entendiera, pero es que ahora lo sufro.
Ya lo único que me falta es que le pida la mano en mi cara, me muero.
O le mato, o les mato primero y me muero después.
Si es que ya es mala suerte que tengamos que cenar hoy con ella.
-Venga, no te pongas así, Rita.
-¨Y cómo quieres que me ponga?
¨Tan grave es que no quiera que Pedro se case?
¨Tan grave es que... que todavía le quiera?
Que... que siempre le haya querido, que le quiera con toda mi alma.
Va a ser la peor noche de mi vida.
-No, eso sí que no.
Ya me encargaré yo de que no sea así.
Es la primera Nochebuena que pasamos juntas.
No sé, el pueblo va a ser aquí, pero juntas.
-Supongo que va a ser lo único bueno de la noche.
[♪ música navideña] -Rita, se me ha olvidado coger algo de la habitación.
Vete tú a por el queso.
-Pero, bueno, ¨y por qué no te vienes?
-El mercado va a cerrar ya y tengo que volver, no nos va a dar tiempo, nos vamos a quedar sin el queso.
-Ah, bueno, sí, lo que nos faltaba, ¨no?
Me voy corriendo y te veo ahora.
-Bueno.
-Sí.
[♪ música navideña] -Siento mucho lo que ocurrió en el Pausa, fui un egoísta al ponerte en esa situación.
Solo espero que a mi vuelta podamos volver a hablar.
Feliz Navidad.
Un beso.
[♪ música navideña] -Cuidado.
Ahí está.
Bien.
Ahora, bueno, sillas, platos, cubiertos, velas.
Vamos.
!
Vamos!
-Me tendrán que disculpar, pero no voy a cenar con ustedes.
-¨Cómo que no?
-Se lo agradezco, pero no estoy de humor.
Y no creo que quieran tener sentada a la mesa a una invitada con semejante cara de funeral.
-Querríamos tenerla con nosotros de cualquier manera, doña Blanca.
-Pero, pero ¨vas a encerrarte en la habitación?
-Si me necesitan, ahí es justo donde me encontrarán.
Buenas noches y felices fiestas.
-Pero ¨qué le pasa a esta mujer?
[llaman a la puerta] -Si ha venido a intentar convencerme... -He venido a eso, sí.
Y además... -¨A qué viene eso?
-Ese año no fue una nevada.
Fue don Rafael y la competencia con Oxford.
Nos quedamos sin vacaciones, pero entre todos le pusimos una nota de alegría a la Nochebuena.
¨Se acuerda?
-No, no, no.
Eso sí que no.
E ramos muy jóvenes entonces, don Emilio.
-Ahora lo son ellos.
Se pasan todo el año lejos de su casa, lejos de su gente.
-No son los únicos.
-¨Sabe una cosa?
Yo hasta hace unos días me hubiera conformado con la cena de todos los años.
Mi sobrina, yo, no necesitaba nada más.
¨Pero qué quiere que le diga?
Hoy al ver aquí a todos, a usted, a Isabel... pues como que he caído en la cuenta de eso, de, de los solos que estábamos.
Eh.
Permítame.
Puede que se sienta sola, doña Blanca, pero no lo está.
No lo está, vamos, anímese.
Venga, anímese.
Hágalo por sus chicas, y yo lo hago por los míos, ¨eh?
-¨Pero los dos solos?
-No, Isabel no se pierde una.
-Es usted admirable, don Emilio, con todo lo que hemos pasado y que de repente sea capaz de ilusionarse como hace años por algo así.
-¨Yo?
Mira Isabel, es ella la que no pierde la ilusión ni un solo momento.
Se merece una gran Nochebuena, ¨no cree?
-!
Y me llaman cacho carne!
-!
Ay, no!
-Que sí.
[Inaudible].
-Bueno, ¨qué?
¨Cómo estás?
-!
Madre del amor hermoso!
-Hombre, igual vas un poco ligerita pa cenar con tres ancianas.
-A no ser que lo que quieras es que les dé un infarto.
-Bueno, pues ya está.
Llamo a Mateo y le digo que no puedo ir.
-¨Qué no?
¨Por qué?
-Sí, me quedo aquí con vosotras y hacemos frente común a la lagarta esta de Rosa Mari.
-Mira, aunque me tientas mucho, pero mucho es mejor que vayas, porque está claro que te quiere y te lo quiere demostrar.
-Y además, lo de Rosa Mari ya está superado, que sí.
-Sí.
-Anda, ve y demuéstrale que eres la mujer perfecta.
-Pero es que esta sería la primera Nochebuena que pasaríamos separadas.
Eso va a ser muy raro.
!
Pues por las chicas Velvet!
!
Feliz Navidad!
-!
Feliz Navidad!
[♪ música navideña] -Buenas noches.
Soy Clara.
Clara Montesinos.
-Hola, Clara.
Buenas noches.
Qué ilusión de tenerte aquí.
-Felices fiestas, doña Julia.
¨Y Mateo?
-Pues no ha llegado todavía, debe estar al caer, no te preocupes.
Pero pasa, mujer, pasa.
Supongo que te acordarás de mis hermanas, de Sagrario y Herminia.
-Sí, claro.
¨Cómo están?
-Pues encantadas de tenerte aquí, hija mía.
-Tú no te contengas.
Pide todo lo que quieras, que aquí hay comida más que de sobra.
-Bueno, yo por si acaso había traído un poco de arroz con leche.
Es casero, casero.
-Ay, muchas gracias, pero no tenías por qué.
Sí, a nosotras lo que más nos gusta es hacer el bien al prójimo.
-Pero quítate el abrigo, que aquí calefacción.
-Remedios te lo coge, tranquila, que es de fiar.
[♪ música navideña] -Supongo que Mateo estará a punto de llegar, así que vamos pasando al salón.
Ven adelante.
-¨Qué pasa?
-Yo qué sé, será el frío.
-No me lo puedo creer.
-Lo vas a ahogar!
-!
Tú sí que me vas a ahogar, Patricia!
-Que no tienes ni idea.
-¨Que no?
-Está detrás.
-Lo sé.
-[Susurrando] Ay, por favor.
Ah, gracias.
Buenísimos.
-Pero come más, mujer, que se le están quedando unos bracines.
-Claro, pobre.
-Cuando uno está acostumbrado a comer poco, el estómago como que se le encoge, ¨verdad?
-Bueno, yo como normal.
[tocan timbre] Mateo, abro yo.
¨Puedes saber dónde te has metido?
-¨Y tú eres?
-Clara, tú debes de ser... -!
Lucas!
-!
Hijo, ven aquí!
!
Qué alegrí!
-Madre, ¨cómo está?
-Muy bien.
!
Qué guapo!
[♪ Pete Surdoval: "First Class Superfast Automobile"] -No me lo puedo creer, encerrada en este cacharro y contigo.
-¨Conmigo?
¨Qué pasa conmigo?
-Nada, las mejores vacaciones de mi vida.
-Como si tuvieras a alguien con quien pasarlas.
-Pues a ver a qué amigo es.
-Mira, Patricia, si estás enfadada porque tu familia te ha dejado tirada en Madrid, no lo pagues conmigo.
Eres la única responsable de todo esto porque... Bueno, porque ya sabes.
-¨Por haberme acosado con Enrique?
¨No sé por qué te cuesta tanto decirlo?
¨O acaso te crees mejor que yo?
¨Vas a decirme que nunca te has acostado con una mujer casada?
¨Tú?
¨El eterno soltero que va siempre de flor en flor y que no se compromete con nada y nadie?
-Te equivocas, estoy con Clara.
-¨De verdad?
-Sí.
-¨Estás con Clara o fornicas con Clara?
Mateo, Mateo, mírame cuando te hablo.
No te atrevas a juzgarme.
-!
Venga!
[motor arranca] -Hola a todos, siento el retraso.
-Mateo, hijo, de verdad, eres un desastre.
Madre, no se ponga así, el coche me ha dejado tirado, lo siento.
Lo siento mucho.
Lucas.
Hermano.
¨Qué tal por la India?
-No he estado en la India.
-Ah, cierto, ¨Turquía era?
-Eres imposible, Mateo.
Guinea.
A ver, la culpa es tuya por viajar tanto.
¨Te veo flojo?
¨Estás bien?
-En familia, mejor que nunca.
-Ya, ya.
Familia.
Hermano.
-Vosotros, id a cambiaros, poneros guapos.
Mientras tanto, os esperamos en el comedor.
[♪ música navideña] -Uy, qué susto.
Hola.
-Hola.
Llego muy tarde.
-Bueno, pues depende, ¨para qué?
-Para ver cómo Pedro y Rosa María se prometen amor eterno y los emplazan a todos con su felicidad, llegas justo a tiempo.
-Rita.
-¨Qué?
Mejor avisarle que le pille por sorpresa, ¨no?
-Anda, vamos a abrir esta botella, que nos va a venir muy bien.
-Estás preciosa.
-Mil gracias.
-¨Ayudáis a poner la mesa?
-Está todo precioso.
Buenas noches, don Emilio.
-Hola, buenas noches.
Me perdonen el trasiego, pero es que somos una familia numerosa.
-Espero que bien ha venido también.
-Las cenas familiares, se sabe cómo empiezan, pero nunca cómo terminan.
Ana, sírvele una copa para que vaya entrando en calor.
-Claro, gracias por todo.
-Hola.
-!
Hombre, el responsable del plato principal!
!
Por fin!
¨Qué sorpresa nos aguarda?
-Pues qué sorpresa.
-No, no me lo digas.
Cordero al horno o cochinillo.
[glugluteo] ¨Qué es eso?
-La cena.
O sea, lo que tenía que ser la cena, porque al final se nos ha complicado un pelín.
-No se asuste, don Emilio.
-¨Qué pasa, Pedro?
¨Qué pasa?
Primo.
-¨Eh?
¨Se puede saber qué es esto?
-Pues un pavo, mayormente.
-Sí, ya lo veo, ya.
-I bamos a matarlo, don Emilio, pero al final la bestia, pues, ha salido un poco dura de pelar.
Qué ridículo, qué vergu enza, qué vergu enza.
-Que no han podido ni... -Vaya, vaya.
Así que tenemos otro invitado.
Pónganle un poquito de agua, no sean maleducados.
Si a don Emilio no le parece mal, claro.
-Claro que no.
Eh, doña Blanca, ¨le importaría repartir el resto de los cubiertos, por favor?
-Por supuesto, que no.
-Gracias.
En cuanto al invitado, supongo que sabrá que mañana tiene que volver a casa.
-Sí, sí, sí.
-Lo sabe, lo sabe.
-Lo sabe, lo sabe.
-Da gracias a que estaba de buenas, don Emilio, si no, a la calle.
-¨Y esto qué es?
-Luisa.
Mira, que yo te escuché decir que para ti el pavo era importante.
[♪ música melancólica] Y me dije: "Pues le voy a comprar un pavo a la Luisa para que tenga una Nochebuena feliz".
Pero claro, a la hora de darle matarile, pues que si por allí, pues que mi primo se vino abajo y no que hemos hecho el ridículo, vamos, ¨eh?
-Un poco sí.
-Sí.
-Pero es muy bonito.
-Sí, sí, bonito es.
-Bueno, ¨nos vamos a cenar?
-Sí, claro, claro, vamos a cenar.
[Luisa grita] Vamos.
-Feliz Navidad.
-Feliz Navidad.
-Brindo por el pavo.
-¨Por el pavo?
-Madre, les estaba todo buenísimo.
-Como siempre.
-Muchas gracias.
Espero que os quede sitio para el postre, ¨eh?
-Yo se lo agradezco, pero la verdad es que no puedo más.
-Pero, hija, ¨cómo no vas a probar el soufflé?
Es la especialidad de Remedios.
-Vamos a por él.
-No, de verdad... -Tráiganselo, tráiganselo.
Ya verán cómo se lo comen.
-Os va a encantar.
-Con ellas es mejor así.
Te preguntan si quieres, tú dices que no.
Ellas te insisten por cortesía, tú sigues diciendo que no y al final acabas aceptando.
Así es más rápido.
Bueno, Clara, cuéntanos, ¨cómo es el mundo de la moda?
-Lucas, qué sorpresa.
-Yo pensaba que a ti el mundo de la moda te parecía una frivolidad.
-Clara, no me parece una mujer frívola ni superficial, ¨no?
-Bueno, en realidad soy secretaria.
-¨Así os conocisteis?
-Clara es la mejor secretaria que hayamos tenido nunca.
-Imagínate cómo estaba el listón antes.
[risa] -Si me disculpáis, voy un momento al servicio.
-¨Has visto qué trasero?
-¨Cómo que qué trasero?
-Cuento los minutos para que sea mío.
-Clara está conmigo, ¨de acuerdo?
-¨Y?
Como si eso a ti alguna vez te hubiera afectado.
Desde que éramos pequeños me has quitado todas las novias.
-Tú lo has dicho, éramos pequeños, era un juego de críos.
-Bueno, mamá dice que sigues siendo un crío, ¨no?
Vamos a seguir jugando.
-¨Ahora le haces caso a mamá?
-No, te hago caso a ti.
-Vaya baño bonito que tenéis.
No había visto tanto mármol desde que visité el pilar de Zaragoza.
-Tendrías que ver San Pedro del Vaticano.
¨No le has llevado todavía?
-Y créanme que soy sincero si les digo que hoy aquí en este momento siento que estoy en familia.
Que estamos en familia, ¨hmm?
La familia Velvet, que esta noche se honra con dos invitados muy especiales.
Rosa María y Carlos.
[Manolito carraspea] Ah, oh, perdón, perdón, se me olvidaba el más importante.
Manolito, aquí, Manolito.
-Y el pavo.
-Y el pavo, también, y el pavo.
Es un placer tenerles con nosotros.
Es una noche de celebración, así que, señoras, caballeros, familia, feliz Nochebuena.
-Feliz Nochebuena.
-Por alusiones.
Como bien dice don Emilio, es duro no estar en una fecha tan especial con la familia.
Y más para mí, que es doblemente especial, porque hoy no es solo Nochebuena.
Hoy es el día en el que Pedro y yo anunciamos nuestro compromiso.
¨Pedro?
-Lo que dice Rosa María es verdad, ¨tengo que anunciar algo?
Ya saben que Rosa María y yo ya nos conocíamos, teníamos un pasado, un pasado muy bonito, pero que ya pasó.
No que ya me vine a Madrid con Clara, que tampoco funcionó, porque claro se fue con Mateo.
Usted no conoce a Clara, pero es que Clara también tenía... -Pedro, cariño, a tu reno.
-Vale.
Oficialmente, eh... he vuelto contra Rosa María.
Y me ha dado lo mejor que tengo en este mundo, que es este mozo.
Y os puedo asegurar que... Con hijo uno es capaz de hacer cualquier cosa.
Pero bueno, ya está, no me voy a dilatar más.
Rosa María.
-Mejor agáchate.
Rosa, ¨te quieres casar conmigo?
-Pues claro que quiero, pero cómo no voy a querer.
[aplausos] [♪ música navideña] [llanto] -Muchas felicidades.
-Ah, muchas gracias.
[Clara llorando] -Rita, tienes que ser fuerte.
-Estoy harta de ser fuerte.
Estoy cansada de ver que todo el mundo es feliz.
¨Y por qué yo no?
¨Por qué yo no puedo tener eso?
Yo estoy cansada de mirar alrededor y ver que todo el mundo tiene a alguien que le quiere.
-Date tiempo.
Cuando Alberto se casó, yo creí que nunca más habría nadie, y mira, ahí está Carlos.
La vida te dará una segunda oportunidad.
-Ya, el problema es que ni siquiera me ha dado una primera.
[♪ música navideña por la radio] -Toma, hija.
Esto es para ti.
Tú la necesitas más que nosotras.
-¨Qué es eso?
-Ropa, está como nueva.
-Es que íbamos a llevarla a la iglesia, pero resulta que hemos pensado que para... -No, escúcheme.
-A un pobre cualquiera pudiéndoselo dar a esta.
-No, no, Clara, Clara, perdóname... -Cuando nos dijiste que no tenía con quién pasar la noche, que estaba sola en la vida.
Pues hemos pensado en lo que dijo el padre Damián.
-No, madre, madre.
Clara no es pobre, no es pobre, ¨de acuerdo?
-¨Cómo que no es pobre?
-Lo que dije fue por la nevada, ya está.
-No digas eso en la calle.
-¨Qué es lo que haces?
-Ya, por favor, cállense... !
Basta ya, por favor, basta ya!
!
Clara no es ninguna indigente, es mi novia!
-Es la primera vez que me dices eso.
-Sí, sí.
Yo... ¨Por qué?
Clara.
No... No quiero que seamos amigos, compañeros de trabajo ni amantes.
Eres mi novia.
Mi novia.
[suspiro] Mi novia.
[♪ música navideña] -¨Interrumpo?
-No, claro que no.
¨Has visto?
Al final está siendo una noche feliz, a pesar de la nevada y de que no hemos comido pavo y a pesar de todo.
-Sí, las navidades son así.
Hay años que pueden ser las más felices y otros... -Que pueden resultar las más desdichadas, ¨verdad?
-Ajá.
-Para mí este año están siendo bastante tranquilas.
Me veo aquí y pienso: "Aquí es donde debo estar".
-Me alegro de que se sienta así.
-Gracias.
Te quiero confesar algo desde hace tiempo, que no he sabido cómo hacer.
Yo no me llamo Elena.
Yo soy Isabel... -Sí, sí, lo sé.
La madre de Alberto.
Don Emilio me lo dijo.
Pero por favor, no le culpe.
Yo le puse contra las cuerdas cuando usted enfermó y no tuvo más remedio que decírmelo.
Le aseguro que puede estar tranquila, guardaré su secreto como si fuera mío, de verdad.
Al fin y al cabo, si alguien sabe por lo que ha pasado, soy yo.
Yo también tuve que renunciar a un hijo.
Me quedé embarazada del hermano de don Rafael.
Esteban fue un sinvergu enza que quiso arruinarme la vida.
Negó que él fuera el padre y desapareció.
De no ser por don Rafael, no sé qué hubiera sido de mí.
-Blanca... Te tengo que decir la verdad y eso no fue así.
E l no supo nada de tu embarazo hasta muchos años después.
-Pero eso no es posible.
-Sí.
-No, él me escribió diciéndome que no querías saber nada del niño ni de mí.
-Esas cartas eran falsas.
Las manipuló Rafael para separaros.
Esteban no se enteró hasta años después, hasta que salió de la familia, hasta que Rafael le sacó de vuestras vidas, Blanca.
-Pero y ¨Y Esteban?
¨Dónde está ahora?
¨Qué fue de su vida?
Hace tiempo que no me escribo con él, pero no me, no me sería difícil buscarle.
Si quiere saber de él, yo creo que a él le gustaría saber de ti.
-Mira... -¨Preparadas para el concierto?
-Sí.
-¨Vamos?
-Vamos.
♪ Hacia Belén va una burra rin, rin ♪ ♪ Yo me remendaba, yo me remendé ♪ ♪ Yo me eché un remiendo, yo me lo quité ♪ ♪ Cargada de chocolate ♪ ♪ Y llevando en su chocolatera rin, rin ♪ ♪ Yo me remendaba, yo me remendé ♪ ♪ Yo me eché un remiendo, yo me lo quité ♪ ♪ Su molinillo y su anafre ♪ ♪ María, María, ven acá corriendo ♪ ♪ Que el chocolatillo se lo están comiendo ♪ ♪ María, María, ven acá corriendo ♪ ♪ Que el chocolatillo se lo están comiendo ♪ [♪ música suave] -Alberto, la culpa ha podido conmigo.
Tienes que saber que tu madre sigue viva.
Sé que ahora te resultará difícil de creer, pero si te mentí fue porque creí que era lo mejor.
Sé que haciendo esto me revelo como un cobarde, pero es lo que soy.
Espero que algún día puedas perdonarme.
Adiós, hijo.
-¨También?
-¨Quieres este?
-¨Qué te parece?
¨Qué te parece?
[♪ música navideña] -Gracias.
-¨Por cenar al lado de un pavo?
No, por hacerme un hueco en tu vida.
Lo más importante de estas fiestas es estar junto a la gente que quieres y es exactamente donde estoy yo.
[♪ música navideña por la radio] Oye, quién sabe, quizá tú y yo somos los próximos en dar el paso.
-Carlos... Si quiero que esto avance, ¨qué quiero?
Tengo que ser sincera contigo.
-Bien.
-Sabes que siempre he estado muy condicionada por la anterior relación que tuve y...
Ya es hora que sepas quién es.
-¨Hablas de él como si le conociera?
-Le conoces.
Es Alberto.
Alberto Márquez.
-Ana me confesó que tú y ella fuisteis novios, pero por qué iba a preocuparme, tú ahora estás casado y ella me tiene a mí.
-Me alegro, Carlos.
-No más que yo.
-Mateo, quiero aprender a conducir con tu coche.
-¨Qué?
-Yo si quieres te puedo enseñar.
-¨De verdad que me enseñarías a conducir?
-Ay, Dios mío, que de esta no salgo de una.
-Pero por Dios, cuenta.
-Llamo al padre Cosme y le he contado que estos no se casan.
-¨Qué?
-Y a ellos que el padre está en las últimas, total que ha anulado la boda.
-Doña Elena, quiero encontrar a Esteban.
Si no lo intento me voy a arrepentir toda la vida.
-La presentación de los uniformes está a la vuelta de la esquina y tenemos mucho que preparar.
-Vosotros y Enrique, claro.
-Claro.
-Habéis pasado unos días muy buenos en Baqueira.
Estaría bien que se convirtiera en la tónica.
-Seré un buen chico.
-Qué siente alguien que está casado con la mujer perfecta y enamorado de su empleada más atractiva y... pasando un buen rato con su socia.
-Acabo de cruzarme con Bárbara.
¨No has vuelto con ella?
-Pero eso no significa que no quieras seguir teniéndote cerca.
-Ha llegado esto para ti.
Desde Cuba.
-Quiero que lo extrañe Alberto.
Es la excusa perfecta para decírselo.
-Tú no has tenido ganas de hacer lo mismo, de dejarlo todo y marcharte conmigo.